Al empezar la cuesta vemos la altura incorrecta:
Yo no podré, aquí me parare.
Yo me vuelvo, no subiré.
Decisión incorrecta para tu satisfacción, toda la vida miramos desde abajo el lugar de la bandera.
Parándote a mirar el esfuerzo que te va a costar, otros han llegado ya.
Siempre pensando que no llegare al final de la cumbre, y eso me causara más dolor que subir a gatas.
Siempre ahogado en mi pensamiento evitando el sufrimiento.
Subir, hay que subir, si no hay te quedaras, encerrado en un lugar del que no podrás escapar, por no entender que para ser feliz hay que sufrir.
Conseguí llegar con una marcha cansina, no pensé en mirar atrás.
Me acostumbre a reírme de mis tropiezos, y el tiempo pasó, sin nada que me apeara.
Solamente veía mi objetivo y el sufrimiento era anécdota.
Satisfacción, aceptación...
¡¡Enseñarme a hacer vida!!
Quiero expresar a los demás mi felicidad.
1 comentario:
Tienes mucha razón cuando dices que muchas veces es mucho más cansado y agobiante pararte a pensar todo lo que tienes que hacer que hacerlo realmente y ya está.
A veces tengo que aplicarme el cuento y otras hago que te lo apliques tu.
Estás y eso es lo que me importa.
Me gusta mucho esta reflexión. T'estmimo
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