domingo, 26 de octubre de 2008





Andrés Calamaro, se ha su mergido en la vida del canalla solitario y nos cuenta con una honestidad brutal lo que le pasa por su cabeza sin fe.

Se a acompañado de veneno y desencuentro, para caminar por las calles de noche, cuando la gente, ya se ha ido a casa.

Este lobo nocturno, se alimenta de sátira y burla con la denominación de origen Argentina.
Este hombre, con dependencia de la luz de la luna y las sustancias que le ayudan a vivir, se mantiene esperando a su princesa vampira con una copa de vino y un grito, “no va más”.

Seguramente se le hizo de día acabando este disco largo.
Este disco que se mantiene fresco pese a su extensión, mantiene una baja intensidad bastante acorde con el estado de ánimo que le apetece cantar a Andrés, pero no deja de lado el arranque animoso como por ejemplo:

Victoria y Soledad
Nos presenta una ironía, dulce original y alegre, solo las vio una vez juntas a Victoria y Soledad, y se dieron un gran beso en honor a la verdad, pues a tenido suerte,por que Victoria siempre va acompañada de sombra y ficción una vez conseguida
y Soledad siempre por su camino lleva con ella la honestidad. Y entre estos personajes no hay lugar para el amor pero claro ahora ya no vasta vivir, quiere su parte de victoria y soledad. (Los sueños, sueños son).







¿Para que?

Se cuestiona el tanto trabajar y consumir, si tenemos más de lo que necesitamos.

Este ronck and roll movido y la voz despreocupada de Andrés justifica el salir del trabajo en el coche con la música alta con ganas de disfrutar del descanso y los placeres de la vida.





Mi quebranto
Mirando al rio y a la gente por corrientes esperando comer algo y seguir asi no duele tanto mi quebranto y soporto dos vidas vivir a esta reflexión a que añadirle las guitarras, y tenemos un rock alegre, animado y con argumento.


Que viva Andrés, el vino y el drama para poder disfrutar de nuestras cadenas embriagadoras, de la dulce melancolía con compañía.
Aunque el disco se sitúa en el duelo, a este argentino no le faltan historias, ni vocabulario, para mantenernos atentos en la parte más introvertida del disco.

Mi propia trampa
La perdida de la fe, este desanimo que te acurruca dicho con ironía y un acordeón me parece muy rítmica y la letra muy original.



En el plano instrumental, el rock and roll con algunos toques de blues; También destacaría, el sonido particular que de la voz de Andrés y el tono penumbroso como en el día de la mujer mundial, prefiero dormir, paloma…
También gasta temas tiernos y sonidos ya de su propiedad como, te quiero igual,
Cuando te conocí, entre otras
Es un disco muy amplio donde a trabajado varios palos, uno de los mejores discos de Andrés calamaro, Su canto despreocupado, melancólico y siempre rebelde hace de el un artista que guarda su estilo y con esto este argentino se convierte en un referente en el rock latino.

No hay comentarios: